jueves, 13 de febrero de 2014

Origen del Beneficio pontifical de Arjonilla


Artículo publicado en el Programa de Fiestas de San Roque
Ildefonso Rueda Jándula

El siglo XVI, desde los ámbitos civil y eclesiástico, fue un período decisivo que determinó el devenir de Arjonilla en su Historia moderna. Si las piedras atestiguan la grandeza de los tiempos pretéritos de nuestro querido templo parroquial, la investigación histórica desvela y corrobora la importancia que en el pasado tuvo la Parroquia de la Encarnación en la configuración institucional de un municipio que arrancaba en plena modernidad como Villa independiente. 

El momento fundacional de la Parroquia de la Encarnación continúa siendo una incógnita a resolver, pero no sólo se trata de una cuestión cronológica, sino que también afecta a la autoría de la fábrica e incluso a la jurisdicción eclesiástica sobre Arjonilla, disputada a comienzos del siglo XVI entre la Orden de Calatrava y el obispado giennense. ¿Cuál de estas instituciones decidió la construcción de la nueva Parroquia?. Por el momento, no podemos responder a esta cuestión. Quizá con el paso del tiempo los nuevos hallazgos documentales nos permitirán elaborar una historia de nuestra Parroquia.

En lo que respecta al gobierno parroquial, desde hace algunos años hemos conocido a través de publicaciones de D. Manuel Cuesta Hernández y otros trabajos que tuve la ocasión de ofrecer en la revista parroquial, la importancia del priorato de Arjonilla agraciado con un beneficio pontifical, de la Santa Sede, cuyo origen ha sido recientemente descubierto y publicado por D. Francisco Juan Martínez Rojas , canónigo-archivero diocesano y profesor de Historia de la Iglesia en el Seminario de Jaén. El beneficio de Arjonilla, fue una concesión de Julio II a D. Esteban Gabriel de Merino en 1510 para sufragar los estudios en Roma de quien posteriormente sería Obispo de Jaén. Posiblemente esta es la causa que provocará que el priorato arjonillero sea ocupado en los siglos XVI y XVII por eclesiásticos de gran valía. Desde entonces, el emblema parroquial incorpora la tiara pontificia, motivo que aparece en el retablo y mural de la sacristía.

D. Esteban Gabriel Merino, primer beneficiado

D. Esteban Gabriel Merino nace hacia 1472 en Santisteban del Puerto en el seno de una familia afincada en Jaén pero procedente del reino de León. Realizó estudios eclesiásticos en Roma, apoyado por el cardenal Colonna, por quien comenzó a trabajar en la curia donde llegó a desempeñar algunos cargos como escritor de letras apostólicas, lo que le valió una serie de prebendas eclesiásticas. Aun residiendo en la ciudad eterna fue prior de La Guardia, Arjona y Santisteban, y agraciado con beneficios en Baños, Otíñar, Iznatoraf y Arjonilla. 

Sobre este último beneficio conocemos que fue otorgado por el papa Julio II un beneficio simple in parrochiali ecclesia sante marie de Val rico loci de Arjonilla dioecesis giennensis (En la iglesia parroquial de Santa María de Valrrico del lugar de Arjonilla). En su origen, el beneficio es prestamero, pero a petición del mismo Merino se convertirá en servidero, lo que obligará a los futuros beneficiados a residir (servir) en el lugar del que procede el beneficio, en este caso, de Arjonilla. Según el profesor Martínez Rojas ya desde esta petición de Merino hacia Julio II se intuye la preocupación de este clérigo giennense por la reforma de las costumbres del clero, poco habituado a residir en el lugar del que eran prebendados. Con este beneficio pontifical, destinado por Julio II desde 27 de marzo de 1510 para la formación del clero, la parroquia de Arjonilla contará hasta los comienzos del siglo XX con un prebendado culto que sin lugar a duda repercutirá en una mayor cultura de los clérigos de la parroquia de Arjonilla.

Al momento de la fundación de este beneficio, en 1510, la Parroquia de Arjonilla tenía como titular a Santa María de Valrrico, al estar ubicada en la ermita de la Soledad, si bien es de presumir que la primitiva sede de la Parroquia fue la ermita de Santa Catalina en el interior del castillo. Según antiguos cronicones, la nueva fábrica del templo comenzó a ser construida a partir de 1504, dato que aún no ha sido corroborado por fuentes documentales. Lo que sí podemos aportar con seguridad es que la cabecera del templo, el presbiterio, con su bóveda de terceletes estuvo acabado al tiempo del episcopado de Merino (1523-1535), quien había disfrutado anteriormente del beneficio pontifical de Arjonilla.

En el mismo siglo XVI, el doctor D. Gaspar Salcedo de Aguirre, catedrático de teología de la universidad de Baeza ocupará el priorato de Arjonilla. Anteriormente había sido párroco de la Magdalena en Jaén y fue un acreditado humanista. Buena prueba de ello es el mapa del reino de Jaén, que realizó Salcedo siendo prior de Arjonilla; el dibujo corrió a cargo de Juan Domenico de Villarroel, cosmógrafo real, y fue cortado en Sevilla por Baptista Camillo. Pero de él nos ocuparemos en otra ocasión, ya que se conserva el sermón que predicó en nuestra Parroquia con motivo de las honras fúnebres de Felipe II, y por la valía del personaje merece un estudio aparte. Lo cierto es que Salcedo de Aguirre encabeza una larga lista de priores que pudieron recibir las rentas del beneficio pontifical para dedicarse a la formación en los diversos campos teológicos. 

Sucesión en el priorato de Arjonilla

1596 Doctor Gaspar Salcedo de Aguirre.
1.605 Jerónimo Díaz.
1609 Francisco Cerón. Capellán real
1619 Rodrigo de Vera.
1631 Alonso de Vera.
1642 Fernando de Nava. Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Jaén
1654 Sebastián de Bonilla y León. Examinador sinodal y visitador general del Obispado
1692 Juan Manuel Díaz de Noguera.
1706 Bartolomé Luis Zurillo.
1722 Juan de Quesada Arredondo.
1758 Cristóbal Castejón.
1781 Alonso García Torquemada y Polanco. Abogado de la Chancillería de Granada.
1784 Francisco Rafael de la Torre.
1798 Miguel de Amores y Garrido.
1804 Francisco Pulido Montoro.
1851 Juan de Rivas.
1854 Francisco de Paula Herrera.
1860 José Jácome y Palomino. 
1866 Antonio Campos López.
1884 Manuel Benítez y Martínez
1894 Juan José de Osorio y Ortega.
1898 Manuel Vicente Parras Jiménez. Capellán real
1904 Antonio López. (ecónomo)
1906 Ildefonso Gallego y Blanco. 
1911 Antonio Casado Quero.
1921 José Vera Mármol. (último beneficiado pontifical)
1926 Francisco Morales Vera.