lunes, 24 de febrero de 2014

Aproximación histórica al Origen de la Patrona de Arjonilla. La Crisis de un sistema dual entre asociaciones del Santo Rosario


Comunicación presentada por Ildefonso Rueda Jándula 
en el II Congreso Nacional de Religiosidad Popular.
Andújar, Abril de 1998.

Virgen del Rosario del templo
de la Encarnación, desaparecida
en la guerra civil
INTRODUCCIÓN

En el amplio ciclo festivo de la localidad de Arjonilla ( Jaén ), destacan las manifestaciones de religiosidad popular en torno a las devociones marianas de gran arraigo en el pueblo tras el paso de los siglos. El análisis documental en archivos locales y provinciales permite concluir que los lugareños establecieron un sistema dual en el siglo XVIII, alrededor de las dos imágenes de la Virgen del Rosario que se veneraban en la Villa. Este sistema desaparecerá a finales del siglo XIX con la supremacía de la Confraternidad de soldados marianos frente a la legítima Cofradía del Rosario, mientras se está forjando la dualidad destacable hoy día entre las cofradías de la Virgen de la Cabeza y Nuestra Señora de Alharilla.

La Virgen del Rosario con sede en la ermita del patrón de la localidad, San Roque, recibió en el XIX la aclamación popular de “patrona de Arjonilla” y la advocación de Nuestra Señora de las Victorias, posteriormente de las Batallas, para diferenciarla de la imagen de Nuestra Señora del Rosario establecida desde el siglo XVI en la única Parroquia del pueblo, consagrada al Misterio de la Encarnación. Sin embargo, ninguna de las fiestas religiosas que se dedican a ambas imágenes en el mes de octubre gozan de la popularidad de otras advocaciones marianas, como las referidas anteriormente de la Virgen de la Cabeza y la Virgen de Alharilla, e incluso Nuestra Señora de la Soledad, reconocida por sus devotos de otros tiempos como co-patrona del pueblo. En la presente comunicación nos aproximaremos a la problemática que en el siglo XVIII mantuvieron las dos asociaciones del Rosario, basada en el reconocimiento legal de una sobre la otra, sin entrar la compleja situación actual de las devociones marianas arjonilleras, que precisa de un estudio más amplio.

Imagen de la Virgen del Rosario
que recibía culto en la
ermita de San Roque
(Virgen de las Batallas)
restaurada por Rafael Díaz
en Córdoba y destruida en la
guerra civil
LOS SIGLOS XVI Y XVII.

La reacción Contrarreformista de finales del siglo XVI y buena parte del XVII, configura en la localidad algunas de las devociones de la religiosidad popular que se van a mantener hasta nuestros días, mientras desaparecen paulatinamente otras, que se iniciaron en los primeros momentos de la reconquista. La Cofradía de Santiago, la más antigua, perderá su preeminencia en favor del nuevo patrón de la Villa, San Roque, a quien se ofrece un Voto en 1.602 por haber librado a la población de la peste. La Cofradía de Nuestra Señora de los Sábados, posteriormente de Purificación verá en el XVII su última etapa de esplendor. San Sebastián, pierde la titularidad sobre su ermita, en favor de Santa Ana, y la ermita de San Cristóbal, en el lugar conocido como “el Santo”, conocerá la ruina de sus muros en el XVIII.

Con mayor empuje aparecen otras cofradías como la de Nuestra Señora de la Cabeza, cuya imagen había sido adquirida por la Cofradía de Santiago en 1587, las de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de la Soledad, Nuestra Señora del Carmen, San Pedro, Cofradía del Santísimo Sacramento, Cofradía de Ánimas y Cofradía de la Limpia Concepción. Las del Cristo de la Humildad y San Juan Evangelista que aún mantienen sus cultos, se fundaron en el siglo XVIII, mientras que la Vera Cruz ostenta la mayor antigüedad de las Cofradías de Pasión.

En 1589, había sido fundada la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, con sede en la Parroquia de la Encarnación, ante el concejo de la Villa. Ante esta fecha, próxima a la célebre batalla de Lepanto, podemos decir que las personas mayores del lugar afirman que el origen de la patrona del pueblo, la Virgen de las Batallas, está en aquella célebre batalla en la que, según la tradición oral, participaron arjonilleros bajo el mando de D. Juan de Austria. La imaginación de estas personas llega aún más lejos, pues existe la creencia en que la imagen antigua presenció la batalla e incluso se podían ver en su talla los vestigios del combate. Una imagen que aquellos antepasados habían traído de vuelta tras la victoria contra el infiel. Sin embargo, la presencia de esta imagen, en principio con la advocación del Santo Rosario, no está documentada hasta el siglo XVII, alejada en el tiempo de la fundación de la Cofradía del Rosario en el templo parroquial. Tampoco parece probable, según la documentación consultada, la participación de un grupo de arjonilleros en Lepanto, donde estuvo según la tradición, la imagen de la Virgen de las Batallas, patrona de Villarejo de Salvanés (Madrid) y posiblemente algunas otras más.

Durante el siglo XVII el cabildo municipal costeaba los ministriles “para las fiestas de Nuestra Señora del Rosario el primer domingo del mes de octubre de cada un año que esta villa tiene y precisa obligación de celebrar como se hace y acostumbra en todo el reino”(AHMA. Actas Capitulares 28-6-1639). Los estatutos de su Cofradía habían sido aprobados el 11 de septiembre de 1620 por D. Gabriel de Céspedes, canónigo doctoral y provisor del Obispado de Jaén. La Virgen del Rosario se veneraba en un altar que en la nave de la Epístola existía en la Parroquia.

Por otro lado, la Virgen del Rosario en la ermita de San Roque recibía donaciones a través de mandas testamentarias de los vecinos del pueblo. La administración de estos bienes correspondía al mayordomo de San Roque, y por consiguiente, carecía esta imagen de asociación religiosa que organizara unos cultos en el segundo domingo del mes de octubre, que no se documentan hasta el siglo XVIII.

-Testamento de Martín García. Entierro llano. Bienes: Una borrica con su aparejo, cuatro cuadros de diferentes pinturas, sábanas , almohada, arca y sartén. “Pagado este mi testamento mando que todos mis bienes los lleve Nuestra Señora del Rosario que está en Señor San Roque y se distribuyan a la voluntad de el Mayordomo que fuere del Señor San Roque, porque así es mi voluntad”.

-Testamento de Juan de Morales Mingo. Entierro mayor en la capilla del Cristo. Encarga 50 misas en el altar privilegiado de Nuestra Señora del Rosario y las misas de San Amador que son treinta y tres. “Ytem mando que luego que yo fallezca así es mi voluntad se de de mis bienes para ayuda a un belo de Nuestra Señora del Rosario que está en la ermita del Señor San Roque, cinco reales de limosna porque así es mi voluntad”.

LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DEL ROSARIO EN EL SIGLO XVIII

En la primera mitad del siglo XVIII va a reforzarse la importancia de la Cofradía del Rosario con respecto al resto de asociaciones religiosas de la localidad de Arjonilla. En número de hermanos esta Cofradía es la más numerosa según se desprende del análisis de los testamentos conservados  en los protocolos del Archivo Histórico Provincial. Para hacernos una idea, un 95%  de los vecinos que realizan testamento reflejan ser hermanos del Rosario, cuya Cofradía tenía obligación de ofrecer 10 misas por el alma del difunto cofrade. Para el caso de los hermanos menos hacendados, estas 10 misas son las únicas que aparecen en las mandas testamentarias. En otras situaciones, será expreso deseo del testador el ofrecimiento de las misas en el altar de la Virgen del Rosario, único “Altar privilegiado” del templo parroquial.

Del pleito entre la Cofradía y la Soldadesca del Santo Rosario se han obtenido algunos datos de los libros de la Cofradía, que en  1731 aprueba unas nuevas constituciones. Su primer capítulo establece el ejercicio del Rosario de la Aurora, que en nuestros días tiene lugar en la festividad de la Asunción, el 15 de Agosto y el sábado anterior al primer domingo del mes de octubre. Esta última Aurora, fue sustituída recientemente por otras que antaño se celebraban en la madrugada del 8 de septiembre.

“Lo primero que obtenida la licencia que se requiere todos los hermanos del Santísimo Rosario se han de convocar y juntar en esta ermita -de Nuestra Señora de la Soledad- para que de ella salga de noche el Santísimo Rosario y que en ella se celebren los cabildos nombrando Capellán, Mayordomo y demás oficiales que se requieran por el tiempo de un año más (si conviniere) formando este libro donde se sienten los hermanos cofrades de ambos sexos que quisieren pagando cada uno por su entrada un real de vellón de limosna”.

A los cabildos se acudía con el toque de campana, y según las Constituciones, se celebraban los ordinarios el 2 de febrero. El lugar que señala el primer capítulo de las Constituciones fue cambiado por la ermita de Jesús Nazareno, más cercana al centro de la población, donde hubo cabildos de Cofradía desde el 2 de febrero de 1735 hasta el día dos del mismo mes de 1753. Después de esta última fecha, se celebraron en la capilla del Rosario de la Parroquia que ya estaba concluida.

Los cargos de gobierno se repartían entre el Mayordomo, encargado de custodiar sus bienes , y diez oficiales -dos gobernadores, dos cobradores y seis munidores-. Las fiestas del Rosario debieron ser muy populares, con cegocijos públicos como esta comedia, organizada por el Mayordomo Manuel Antonio Jaén, a la que se opuso el cabildo municipal ante la situación de las labores agrícolas en el mes de Agosto. La recomendación de los regidores fue su traslado al segundo domingo del mes de octubre, día en el que la Confraternidad soldadesca tiene su celebración:

“En la Villa de Arxonilla en doze dias del mes de Agosto de mill setezientos quarenta y ocho años su merced el Conzejo justicia y Reximiento desta Villa por S.M. a saver los Señores Don Fernando Ximénez de Soto Ramírez y Miguel Hernández alcaldes hordinarios en amvos estados, D. Roque Ximénez de Morales cavallero del horden de Calatrava y D. Francisco Serrano Moreno rexidores perpetuos estando juntos en forma de cavildo para tratar y conferir cosas del servicio de anvas magestades vien y utilidad de los vezinos desta Villa, acordaron lo siguiente. En este cavildo se dixo que haviendose dado lizencia verval a Manuel Antonio Jaén vecino desta Villa y Maiordomo de la Cofradía de Nuestra Señora de el Rosario della para representar en público una comedia en la zelebridad de la fiesta de María Santísima con este titulo que se haçe el Domingo segundo del mes de octubre deste año, aora de su autoridad esta haciendo en la plaça Mercado desta Villa tablado para la rrepresentazion de dicha Comedia con animo de anticiparla al dia diez y siete deste mes y que rrespecto de pender todavía el beneficio de las mieses que con el motivo de dicha comedia desanparan los sirvientes de los labradores y muchos hixos de familias que asisten en las heras y ganados pudiendose de ello seguir perxuicios de mucha consideracion en lo uno y en lo otro maiormente esperimentandose en estas zercanías repetidos hurtos de cabalgaduras, que con el motivo de dicha comedia se quedaran solas en el campo, expuestas a este riesgo al tiempo que generalmente los vezinos se quexan de las yncomodidades y gastos que se les an de ocasionar con el concurso preziso de muchas familias de los pueblos ynmediatos que an de benir pudiendo demas de estos yncombenientes, por la estazion rigurosa del calor seguirse los daños de nuevas enfermedades, que rregularmente se orixinan de tales concursos en tiempos tan arriesgados como el presente, Acordaron que para evitar estos y otros perxuicios se notifique al dho. Manuel Antonio Jaén y a los demás oficiales de la rreferida Cofradía que zesen en la fabrica de dho. tablado recoxiendo sus maderas y suspendan la rrepresentaçion de la comedia hasta el dho. mes de octubre y tiempo de la fiesta referida pena de que de no hacerlo se prozedera contra ellos como combenga y que en caso de proseguir en la fabrica de dho. tablado, los señores alcaldes hagan que se desbarate lo hecho y se quiten las maderas, a costa de dho. Maiordomo y demás oficiales prozediendo contra todos en caso de ygnobediençia, como aia lugar, y así lo acordaron y firmaron”.

El caudal de la Cofradía, fue relacionado por este Mayordomo, Manuel A. Jaén y Quero, en el catastro de Ensenada. En relación con otras cofradías, el caudal del Rosario - 100 olivos, 2 viñas, 3 casas y las rentas de diez cuantiosos censos-, no es tan importante como el del Santísimo Sacramento o la Cofradía de Ánimas, si bien supera al de las Cofradías de Pasión. Con este caudal se costeaban las fiestas del año, la principal el primer domingo de octubre, un aniversario solemne después de esta fiesta principal, y fiesta con procesión claustral el día 8 de septiembre, en conmemoración de la Natividad. Esta última obligación de la Cofradía fue instituída en su testamento por María de las Nieves y Úbeda:

-Testamento de María de las Nieves y Úbeda, de estado doncella.- “Ytem quiero y es mi voluntad que después de mi fallezimiento el olibar estacar de quarenta y ocho olibos sea desde entonzes y para siempre jamás de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario sita en dicha Yglesia Parroquial para que se agregue y esté junto con los demás vienes con la prezisa obligacion de que por el maiordomo que fuere della se aia de azer dezir una fiesta con prozesión claustral y sermón todos los años perpétuamente y para siempre jamás el día de la Natividad de nra. Señora”.

CONFRONTACIÓN ENTRE LA SOLDADESCA MARIANA DEL SANTO ROSARIO Y LA COFRADÍA LEGÍTIMA

Bajo los términos de “compañía”, “congregación”, o “soldadesca”, surge en 1.727 una asociación de oficiales y soldados que rinden culto a la imagen de la Virgen del Rosario con altar en la ermita de San Roque, asociación gobernada por un capitán, teniente y alférez, hoy conocidos como “Los Cargos”, a los que pueden acceder todos los vecinos del pueblo habiéndo sido elegidos en sorteo público. Es de suponer que desde los inicios de esta Congregación surgieran las fricciones con la Cofradía legítima del Rosario aprobada por la autoridad eclesiástica, no solo por esta cuestión de ilegalidad, sino también por la disminución de limosnas que la Cofradía había experimentado:

“Jaén. 2 de Agosto de 1724. Señor. El Capellán Mayor, gobernadores y consiliarios de la Cofradía de María Santísima del Rosario que se sirve y venera en la Yglesia Parroquial de esta Villa de Arjonilla, a expensas de las cortas rentas que hoy goza y de las limosnas de sus debotos nos hallamos con el desconsuelo que estas van descaeziendo cada día más y más a causa de la esterilidad de los tiempos y de que por otras se usurpan por medio de una junta o Congregación de vecinos particulares que con el mismo título de María Santísima del Rosario salen a pedir por el pueblo como por la eras y cortijos de su campiña y fuera de ella /.../ suelen juntar más de 300 ducados en dichas especies de granos, aceite, borregos y otras cosas de todo lo cual sólo gastan en obsequio de María Santísima los cortos derechos de una fiesta y procesión cuya limosna importa 39 reales y 12 maravedís y en fuegos conbirtiendo lo restante en comidas y zenas de que se sigue la relajazión y tibieza pues cuando salimos por las calles públicas a hacer nuestra verdadera demanda se nos despide comentando diciendo que cuantas cofradías ay de Nuestra Señora del Rosario ? atendiendo a el notable daño que se sigue a nuestra verdadera cofradía ...” 

En el transcurso de este extenso pleito, el presbítero Juan Nepomuceno Castejón, expuso la intromisión que los confraternados pretendían hacer en la Cofradía, para que no se siguiera el pleito por no tener la soldadesca estatutos ni aprobación eclesiástica. Al parecer, muchos de los cofrades eran también congregados y habían cambiado el lugar del cabildo -normalmente en la capilla de la Parroquia- trasladándolo a la ermita de Jesús Nazareno, donde eligieron por Mayordomo de la Cofradía a Manuel Navarro “capitán y cabo que otros años había sido de dicha compañía o congregación y por capellán a D. Antonio Manuel Gómez, Pbro. cuñado de Juan Antonio Garzón, actual capitán”. Tambien se menciona que algunos hermanos se salieron de este cabildo. Así expone la Cofradía legítima las pretensiones de los confraternados:

“Se han alborotado y conspirado contra todos los oficiales especialmente contra el Mayordomo de esta nuestra verdadera cofradía de suerte que están determinados a deponerlos y repelernos en el cavildo que se ha de celebrar el dia dos de febrero próximo de este presente año nombrando otros de su facción de cuia alterazion y revolucion se an de seguir prezisamente notables perjuizios a esta dicha Cofradía /.../ teniendo ymajen y capilla separada en la hermita de Señor San Roque extramuros de aquella Villa en donde celebran su fiesta en perjuicio de la Cofradía legítima”.

Algunas declaraciones de los vecinos sobre la organización de la compañía, los motivos de la fundación soldadesca, etc. los expusieron Antonio Garzón, Manuel Lara Jiménez, Tomás Gutiérrez y Simón Ramón, quienes declararon que en 1.734 se constituyeron para que no se malversaran las limosnas, y que desde tiempo inmemorial se había celebrado la fiesta concurriendo capillas de música de Andújar y Córdoba, procesionando la imagen desde la ermita de San Roque hasta la parroquial, “cuios ofiziales todos los años se han nombrado concurriendo a esto todos los hombres honrrados del pueblo voluntarios sin sujezión ni obligazión”.

La conclusión que podemos extraer de la declaración anterior es que el motivo fundacional fue una mejor administración de las limosnas, y la forma asociativa escogida, de corte militar, se asemeja a las asociaciones paramilitares como los “armaos” de la Cofradía del Cristo de la Humildad, organizadas jerárquicamente y establecidas en cuarteles donde desarrollaban actos de convivencia típicos del asociacionismo masculino que terminaban con borracheras según denunciaron los miembros de la Cofradía legítima. Se trata por tanto, de una asociación bien conocida en la campiña cordobesa, muy próxima geográficamente a esta localidad giennense.
Sin embargo, destaca ante todo su carácter popular, ya que para acceder a los “Cargos” soldadescos sólo es necesario pertenecer a la comunidad según el testimonio del regidor D. Roque Serrano y Moreno: “ el capitán, teniente y alférez y aún los sarxentos que se nombran de la junta que hazen los vezinos de esta villa”. El pleito descubrió el origen de las joyas de la imagen y los símbolos que portan los cargos: banderas, alabardas, picas y bastones. La bandera había sido donada por Francisco Relaño Jándula y Luis Gómez de Campos, una medialuna de plata donada por Francisco Rodríguez alias “Las ocho”, una corona y vestido donado por Juan Fernández Garzón, una medalla de oro con tres pendientes, dos penjales de tierra, etc...

Otra cuestión a tener en cuenta viene representada por algunos puntos que ambas asociaciones tuvieron en común durante el siglo XVII. Algunos vecinos pertenecían a ambas asociaciones, ambas festividades se encuentran muy próximas en el ciclo festivo -primer y segundo domingo de octubre- y algunas canciones de los auroros de la Cofradía, que hacen referencia a la imagen contraria.

En la ermita del Patrón San Roque,
María del Rosario tiene el camarín.
El segundo domingo de octubre
con banderas y cetros la veréis salir.

O esta otra, en la que lo militar, más propio de la soldadesca que de la Cofradía, se encuentra presente, aún refiriendo otra devoción local:

En la plaza mayor de Arjonilla
hay una bandera que se puede ver.

El que quiera sentar plaza en ella,
Jesús Nazareno, es el coronel.


PATRONAZGO POPULAR Y NUEVA ADVOCACIÓN DE “LAS BATALLAS” EN EL SIGLO XIX.

Los pleitos entre la Cofradía y la Soldadesca finalizan con la aclamación popular de patrona hacia la Virgen del Rosario con sede en la ermita del Patrón, y la crisis de la Cofradía legítima, representante de una religiosidad oficial, establecida con normas, frente a lo espontáneo de la Soldadesca a la que pueden acceder todos los miembros de la comunidad. Al respecto habrá que tener en cuenta la coyuntura socio-política en la que se desarrolla este cambio, que coincide con el tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen.

La primera referencia documental sobre el patronazgo de la Virgen del Rosario aparece en los testamentos de la década de los 60 en este siglo XIX. La invocación inicial de los testamentos de la época es la siguiente: “tomando por intercesora a la Reina de los ángeles María Santísima del Rosario y al Bendito Señor San Roque, patronos y tutelares de esta Villa”. La documentación del Ayuntamiento de la localidad no recoge aún este patronazgo a través de un voto o promesa similar, ni tan siquiera puden documentarse los gastos que una fiesta patronal debe ocasionar a un Ayuntamiento, lo que refuerza mi teoría del origen popular del patronazgo de la Virgen.

Recientemente he tenido la ocasión de estudiar un expediente conservado en el Archivo del Ministerio de Justicia, (leg. 3765. Nº 12.880) en el que un grupo de vecinos del pueblo, denominados como “La Asamblea”, solicitan la aprobación de Estatutos para una nueva Cofradía que pretenden fundar con el título de Nuestra Señora de las Victorias. El expediente data del año 1863, fecha en la que documentalmente aparece un paréntesis entre la advocación del Rosario, y la actual de las Batallas. Todo parece indicar, por tanto, que por esta fecha, los devotos de la Virgen querían buscar una nueva advocación para diferenciar esta imagen de la existente en la Parroquia, y así poder aprobar unos Estatutos por la autoridad eclesiástica y civil. Debieron continuar los enfrentamientos entre ambas asociaciones cuando desde el Ministerio se aconsejó que sobre el particular decidiera el Gobernador Civil de Jaén.

“Arjonilla 27 de Octubre de 1863. Varios vecinos de dicha Villa manifiestan: que con aprobacion del R.Obº. De Jaén han fundado una Cofradía bajo la advocación de las Victorias y piden la Real aprobación de sus Estatutos que testimoniados y legalizados acompañan. Nota.- El Negociado estima procedente se remita a informe del Gobernador Civil de Jaén la solicitud y estatutos de la Cofradía que trata de establecerse en Arjonilla bajo la advocación de N.S. de las Victorias. 3 Diciembre 1863. E. De Guzman.”

Sobre la advocación de “Las Batallas”, son varias las razones que pudieron motivarla. En primer lugar, se pone de manifiesto la necesidad de distinguir a las dos imágenes del Rosario, sobre todo cuando una de ellas alcanza el rango de patrona. También, la simbología militar de los “Cargos” de la Soldadesca: Una bandera para el capitán, el cetro para el teniente y el bastón para el alférez, acompañados de sargentos con picas o alabardas, se asocia a la nueva advocación. Y por último, los sucesos bélicos del tiempo decimonónico, que se inician con la guerra de la independencia en la que la invasión de franceses y los “sacrilegios” que cometieron en los templos, aporta a la guerra un carácter de cruzada y sentir nacionalista, que vuelve a repetirse en la guerra carlista, aunque esta última vez con unas consecuencias más trágicas para la comunidad.

Posiblemente fue en este tiempo cuando se introdujo la costumbre por las mujeres, de regalar joyas a la Virgen de las Batallas cuando algún hijo marcha al servicio militar, y en los últimos tiempos derivó en el depósito de fotografías bajo el manto, costumbre que aún permanece en pleno vigor, también para los jóvenes que ingresan en la Guardia Civil.

El traslado de la Virgen desde la ermita del Patrón hasta la Iglesia Parroquial, precede al día grande, segundo domingo de octubre, cuando por la mañana, tiene lugar el oficio religioso y procesión en la tarde-noche. Al día siguiente, a imitación de los cultos que el Ayuntamiento dedica a San Roque, una segunda fiesta religiosa y procesión de traslado a la ermita concluyen con el sorteo de los Cargos entre todos los vecinos que previamente lo han solicitado en el Ayuntamiento. En este lunes de los Cargos, antiguamente se desvestía a la imagen por los nuevos Cargos y los convidados al acto por las familias agraciadas en el sorteo entraban por la puerta principal de la ermita para salir por una portada lateral, donde los jóvenes piropeaban a las mocicas y se cantaban los tradicionales “Polvos”:

Una mocita muy peripuesta
de echarse polvos se quedó tuerta.
Y aunque era tuerta bien se arreglaba
y el colorete le chorreaba.

Ay niña, que con los polvos,
eres capaz de malgastar
el jornal de tu marido
y alguna cosita más.

Jóvenes y viejas, suelen echarse,
polvos de arroz “pa” blanquearse.
Y aunque era tuerta bien se arreglaba,
y el colorete le chorreaba.