martes, 15 de septiembre de 2015

UN EPISODIO SINGULAR EN LA FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISTI EN ARJONILLA. Las fricciones entre los poderes civil y religioso de la Villa en la segunda mitad del siglo XVIII

Procesión del Corpus en Arjonilla
a comienzos de los años cuarenta
Artículo publicado por Ildefonso Rueda Jándula
en la revista "Al pie de la Parroquia de Arjonilla"

El esplendor en las festividades del Corpus Christi de los tiempos barrocos había mermado notablemente en la segunda mitad del siglo XVIII, si bien la monarquía borbónica y el Consejo de Castilla habían reglamentado, al igual que lo hicieron los Austrias, la asistencia obligatoria que el pueblo debía prestar al Santísimo Sacramento en sus salidas de los templos, bien sea manifestado en la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo o en el viático de asistencia a los enfermos. El movimiento ilustrado y el triunfo de la razón calaban poco a poco en la ideología  de la época, y así los gobernantes municipales mostraban en ocasiones sus diferencias con respecto al clero local.

El 14 de Junio de 1770, Arjonilla se disponía a vivir uno de los tres jueves del año que según el dicho popular relucen más que el sol. El concejo de la Villa acude con retraso a la manifestación de Jesús Sacramentado y el Clero comienza el oficio sin la presencia de las autoridades municipales, hecho que es interpretado por los regidores como un desaire a la justicia de la Villa. Una vez terminado el Oficio Divino, el escribano comunicó a los mayordomos de las Cofradías que conducían sus imágenes e insignias en la Magna Procesión, que el Ayuntamiento había acordado prohibir esta asistencia bajo pena de cincuenta ducados, y los Cofrades atemorizados, guardaron insignias e imágenes con lo que hubo un gran escándalo entre la población. A raiz de los hechos, surge un pleito conservado en el Archivo Histórico Diocesano, en el que los distintos testigos narran con todo lujo de detalles lo sucedido en aquella mañana.


"Testimonio el Br. Dn. Christobal de Castejón Prior de la Parroquial de esta Villa /.../ dijo que en el día catorze del corriente mes en que se celebró la festibidad de nuestro Señor Sacramentado haviéndose dado a la hora acostumbrada los tres signos de campanas para hacer señal a los Dibinos Oficios, con sus interbalos correspondientes que el último signo fue después de las ocho de la mañana de dicho día, del que haviéndose pasado otro largo interbalo salió el clero de la Sacristía para manifestar a S.M. y estando en esta Ceremonia entró en la Iglesia el Ayuntamiento de esta Villa, que se componía de los Señores Alcaldes Don Miguel Talero por el Estado Noble, y Juan Escribano por el General, Don Bernardo de Nabas, Don Roque Serrano y Don Alonso Sandín Rexidores, Esteban de Mercado, Diputado del Común, Don Juan Alfonso del Río, Síndico Personero y Manuel Nabarro Síndico Procurador de la Villa y Bartolomé Santos Mérida, escribano de dicho Ayuntamiento, estos tres últimos individuos comenzaron a quejarse, según tengo noticia de que se hubiese empezado a descubrir a Su Majestad y aunque Don Bernardo de Nabas les recombino con el Escándalo, nota que intentaban dar en un día tan grande, con las instancias que hacían los tres referidos yndividuos sobre que la Villa se fuese, no pudo conseguirlo, y se salieron de la Iglesia y volvieron a las Casas de su Ayuntamiento, y haviéndose acabado de manifestar, se empezó tercia y concluida salió el que dispone a cantar la misa, la que finalizada se formó la procesión, como es costumbre en el Cuerpo de la Iglesia y puestas las Cofradías con sus Imágenes en hombros, estandartes y nuestro Señor Sacramentado en medio de la Iglesia, llegó a el testigo Don Bernardo Calmaestra Cura de ella, y le dijo como el referido escribano había notificado a los hermanos mayores y gobernadores de las Cofradías, providencia de la Real Justicia para que no saliesen en la Procesión, bajo de la multa de cincuenta ducados /.../ no obstante el deponente tuvo presente en aquella circusntancia la ley real que manda bajo de pena a los fieles asistan a nuestro Señor Sacramentado quando sale por las calles, no obstante por evitar los mayores escándalos/.../ también porque les consta del testigo por experiencia que del pobre que no les obedece después procuran buscarle modos para perseguirlos, respondió del mencionado Cura que las Cofradías volviesen a poner las imágenes en sus sitios; después llegó al deponente Pedro Pérez, gobernador de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, de la que es Mayordomo el nominado Manuel Navarro, uno de los motores de este escándalo, y le hizo la misma propuesta de la notificación que le havían hecho el mencionado escribano /.../ En este estado salió la procesión con la Religión de Nuestro Padre San Francisco, su orden tercera y el clero, y seis caballeros llevaron las varas del Palio, y siendo una de las paradas en dicha procesión a las puertas de las Casas del Ayuntamiento se halló la novedad de haber quitado el bufette que según costumbre ponía la Villa para la colocación de Nuestro Señor Sacramentado, mientras se canta la Oración de Su Majestad, por lo que se omitió esta parada, de lo que se siguió notabilísimo escándalo de murmuraciones en el Pueblo, viendo que aún este debido culto negaban a Su Majestad siendo de advertir que estaban en el Portal de dicha casa los Individuos del Ayuntamiento viendo pasar la procesión, la que se hizo sin disturbio ni alboroto y sin más nota que la que dió la Villa/.../ y recombenidos por el deponente de la práctica que ha visto en dicha Iglesia en catorce años que lleva de Parroco de ella de no tener seguridad la Villa en la asistencia que hacen a las fiestas, porque unas veces llegan antes de manifestar, otras después, y otras estando en tercia/.../ y así mismo declara el testigo que la Villa no concurre a esta solemnidad como en los demás pueblos con derechos de fiestas o con cera para la procesión o con otros costosos cultos a nuestro Señor Sacramentado..."[1]

En la exposición del Prior, aparece el nombre de Manuel Navarro como uno de los causantes del escándalo, individuo que también fue el causante del  pleito que en esta segunda mitad del XVIII entablaron los Cofrades de la Virgen del Rosario, con sede en la Parroquia, con los Cargos de la Soldadesca Mariana de la Virgen del Rosario que está en la ermita de San Roque. Tambien podemos comprobar la asistencia de las Cofradías con sus imágenes que conferiría a la procesión del Corpus un aspecto de "cabalgata" o Procesión General. Veámos también la declaración del organista Andrés Marchal.

"...haviéndose subido a el órgano empezó a tocar algunos minués, en lo qual hubo de interbalo más de un cuarto de hora hasta manifestar a S.M. y al tiempo de ir el Clero a hincarse de rodillas en el Presviterio del Altar Mayor a dicho fin, vió el que depone entrar en la mencionada Iglesia a el Ayuntamiento de esta Villa, el cual iba compuesto de los individuos siguientes /.../ y aunque no vió a Don Miguel Talero, Alcalde por el Estado Noble, a Juan Escribano que lo es por el general por estar atendiendo entonces a el teclado y haber quitado la vista a la columna y pared del Coro le consta muy bien que estos con aquellos entraron en la mencionada Iglesia de quienes iba compuesto dicho Ayuntamiento, /.../ y bajando el Clero al Coro a cantar tercia, vió igualmente se retiraba de la enunciada Iglesia el nominado Ayuntamiento y a el dicho Manuel Navarro que iba haciendo ademanes con los brazos y manos y haciéndosele al deponente mucha novedad preguntó a diferentes personas la causa o motivo que havía tenido para ello y fue respondido que por que no se les esperó para manifestar/.../ y haviéndose concluido la misa mayor se empezaron a formar las Cofradías en el Cuerpo de la Iglesia para la Procesión y estando ya los hermanos de ellas con las insignias vió el deponente  que Francisco Brabo, ministro ordinario de esta Villa llamó a los Gobernadores de dichas Cofradías y aunque no oyó a que asunto se dirijía dicha llamada, después entendió y supo havía sido para hacerles saber providencia de dichos Señores alcaldes a fin de que ni sacasen imagen ni insignia alguna en dicha Procesión bajo de la multa de cinquenta ducados/.../ de lo qual noticioso el Prior de dicha Iglesia ordenó por no dar motivo a maior escándalo que dichas Cofradías se suspendiesen en no fuesen en la Procesión, la que salió con la comunidad de San Francisco, su orden tercera y dicho Clero tan sólamente, con cuya providencia de dicha Real Justicia y la que también dió de mandar quitar la parada del Santísimo Sacramento que estaba puesta inmediata a las Casas Capitulares de esta Villa, ha causado sumo dolor y sentimiento en ella por haberle faltado al Santísimo Sacramento el culto que en los antecedentes años se a dado a S.M. y estando el testigo el día quinze de dho. mes hablando con Dn. Pedro Pastor hijo de Dn. Pedro Rejidor tocaron la combersación de lo que havía acaecido el antecedente y le dijo como havía intentado Dn. Rafael Jiménez, también Rejidor de esta Villa de haber multado a el relacionado Prior en quinientos ducados, si sacaba la Procesión que quanto sabe y puede decir en razón de lo que le ha sido preguntado..."

En el mes de julio, varios regidores tuvieron que desplazarse hasta Jaén, dode comparecerían ante el tribunal eclesiástico. En el cabildo del 3 de julio de 1770, se advirtió a los comisarios que debían poner de manifiesto las buenas relaciones entre la Corporación y el clero local , relaciones que volverán a tambalearse más de una vez antes de terminar el transcurso del siglo.




[1]AHDJ. Criminal. Leg. C-501