Imagen de Jesús preso (S.XVIII) y sayones. Se conocían popularmente como "Judillas y Peletillas". Destruidos durante la guerra civil. |
Ildefonso Rueda Jándula
Para la mayoría de
nuestras cofradías, la fecha exacta de su fundación supone una incógnita aún
por desvelar. El hallazgo de los primitivos Estatutos y
Fundación de la Hermandad de Jesús de la Humildad de Arjonilla en 1732, en el Archivo Histórico Diocesano, nos ha
permitido conocer el contexto histórico en el que se produce la fundación de
nuestra Cofradía.
El hecho tuvo lugar en
1.732, una fecha muy próxima a la fundación de la confraternidad de soldados
marianos del Santo Rosario, (los cargos). Ambas organizaciones, Hermandad de la
Humildad y Cargos, mantuvieron esquemas de representación similares, de aspecto
paramilitar, y surgen como reacción de un
grupo social concreto frente a la preponderancia de otro ya erigido. Es
por lo que los Estatutos de la Hermandad de la Humildad, dejan claro que esta
fundación estaría “Sujeta al Sr.
Ordinario de este obispado y no a otra persona alguna, sin que la Hermandad de
nuestra Señora de la Soledad que la sirven los Caballeros de esta Villa, tenga ni
puedan tener sobre esta Cofradía acción alguna sino en el gobierno en las procesiones
de Semana Santa.”
Uno de los elementos que
significarán esta sola sujeción al Obispo, serán los madroños del cíngulo
propio de los nazarenos de la Hermandad. Por tanto, queda claro desde los
primeros capítulos de los primitivos Estatutos, que la Cofradía de la Humildad
surgió en “oposición” a un grupo social privilegiado, el de los Caballeros, que
se unían en la Cofradía de la Soledad. En el fondo, encontramos un conflicto de
clases, que en el siglo XVIII avanzan las Cofradías ante los cambios que
conducirán al Nuevo Régimen.
Túnica de cola, bordada en oro (finales s. XIX o principios del XX) que perteneció a la imagen antigua de Jesús Preso. Conservada en la actualidad por la Cofradía. |
De los hermanos fundadores
que aparecen en el documento, Alonso Pulido, Melchor de Moya, Diego Gómez,
Fernando González, Pedro Barrera, Marcos Aparicio, Manuel Morales, Diego Pérez,
Juan Garzón, Tomás Zamora, Sebastián Pérez, José Martínez y Francisco de Paula,
ninguno es caballero hijodalgo. Se trata de un grupo de hombres pertenecientes
al estado general que con una escasa economía afrontaron la nueva fundación
cofrade. Esto quedará patente algunos años después de la fundación, cuando la
Cofradía decidió adquirir la primitiva imagen de Jesús Preso, ya que la petición
de limosnas para afrontar el coste de la imagen, originó el siguiente pleito
que se conserva en la sala de Cofradías del Archivo Diocesano.
“Diego López de Quesada en nombre de Gabriel Hernández
Adelfa vecino de la Villa de Arjonilla, y en virtud de su poder que presentó y
juró: ante vuestra señoría como más haya lugar en derecho y sin perjuicio de
usar de los que a mi parte convenga. Digo que habrá tiempo de siete años poco
más o menos que por la Cofradía del Señor de la Humildad situada en la Iglesia
de dicha Villa se acordó extrajudicialmente se hiciese una Imagen de Jesús
Preso, y que para su costo se dedicasen tres de los hermanos de ella a pedir
limosna entre los vecinos del pueblo, la que entrase en poder de mi parte como
Gobernador que había sido de dicha Cofradía y uno de los tres nominados
demandantes, y en su virtud hasta el presente año se han juntado seiscientos
reales a corta diferencia, de los cuales con el fin de su aumento sembró mi
parte un penjar de trigo en uno de los antecedentes años, que produjo veinte y
una fanegas las cuales entraron en poder de Marcos Aparicio fiscal de dicha
Cofradía para que las guardase, y éste, sin consentimiento de ninguno de sus individuos
se ha quedado con cuatro de ellas sin ser posible las restituya aunque para
ello ha sido reconvenido repetidas veces por mi parte, quien al mismo efecto de
que creciese dicha limosna y por haber ofrecido alguna Gabriel Hernández de
Mercado, Juan de Lara y Don Blas de Soto vecinos de la referida Villa, prestó a
éstos cantidades de maravedís de la que se había recogido, en esta forma; al primero
ciento y un reales de Vellón al segundo setenta y cinco y al tercero (que ya es
difunto) ciento y cuarenta reales que había de satisfacer en especie de aceite
al respecto de diez reales cada arroba, y de este último salió por fiador Tomás
Gutiérrez vecino de dicha Villa quien se obligó verbalmente a pagarlos en
defecto de aquel y resta a mi parte noventa y dos reales y medio, y atento a la
notable falta que estas porciones y la de trigo le están haciendo para
satisfacer el importe de dicha Santa Imagen que se está fabricando y ha de dar
concluida el artífice para el mes de septiembre próximo del presente año, para que
tenga efecto su pago, a vuestra señoría pido y suplico haya por presentado dicho
poder y servirse mandar que cada uno de los sujetos arriba expresados (...)
declaren por el tenor de este pedimento si es cierto su contexto y que deben a
mi parte las cantidades de maravedís relacionadas”
Frontal de la túnica antigua |
El pleito concluye con la
condena, por parte del vicario general, a que los hermanos cofrades devolvieran
las cantidades procedentes de la limosna recolectada, so pena de excomunión.
“Nos el Licenciado Don Antonio de Miranda Presbítero
abogado de los Reales Consejos Colegial Huésped en el insigne de Santa María
Magdalena Universidad de Salamanca, Gobernador, Provisor y Vicario General
deste obispado, por el Iltmo. Y Rvmo. Señor Don Fray Benito Marín mi señor
obispo de Jaén del Consejo de su Majestad.
Por el presente mandamos a Juan de Lara Ramírez y Gabriel Fernández
Mercado, vecinos de la Villa de Arjonilla, que dentro de tres días primeros
siguientes a el de la notificación deste despacho, den y paguen en poder de
Gabriel Hernández Adelfa del mismo vecindario, el primero cuarenta y cinco
reales, y el segundo sesenta, los mismos que según declaración fecha por los
susodichos, en virtud de comisión deste tribunal ante el Prior de la Iglesia
Parroquial de dicha Villa, confiesan estarle debiendo a el referido Gabriel
Hernández Adelfa, como Gobernador que fue de la Cofradía del Señor de la Humildad
situada en dicha Iglesia de las limosnas que recogían los hermanos para hacer
una imagen de Jesús Preso lo cual cumplan dentro del expresado término so pena
de excomunión”.
De la primitiva imagen de Jesús preso, se conserva una fotografía, en la que la imagen se acompaña de los sayones que se incorporaron al paso, con toda seguridad en una cronología posterior. La imagen muestra en la fotografía una túnica bordada en las mangas, que difiere de la conservada por la Cofradía, y que según la tradición oral perteneció a la imagen de Jesús Preso, destruida durante la guerra civil. Por el estilo del bordado, la túnica que aparece en la fotografía se aproxima en el tiempo a la fecha de la ejecución de la imagen. Además se acompaña de grandes borlones y cíngulos, y de unas potencias de líneas muy interesantes, dieciochescas, con rayos flamígeros.