martes, 27 de diciembre de 2016

Campanilleros de Ánimas en el Día de los Santos Inocentes

A raíz de un vídeo publicado en internet, sobre la cuadrilla de ánimas de la localidad almeriense de Fondón, la memoria me ha hecho evocar lo que pudo ser una tradición perdida en Arjonilla, de la que tan solo quedan testimonios orales de personas ya fallecidas y escasos documentos que nos remiten a costumbres que el paso del tiempo hizo caer en el olvido.

En el día de los Santos Inocentes, una cuadrilla de campanilleros rondaba las calles de Arjonilla, costumbre documentada en el siglo XVIII, en la solicitud que el Hermano Mayor de la Cofradía de las Ánimas hacía al Cabildo municipal. Un dato interesante que aporta este documento es la utilización de los “trajes correspondientes”, y determinadas prácticas de regocijo particular que la mentalidad ilustrada se encargó de corregir. 


El documento dice así: ... En este Cavildo hize presente a esta Villa un memorial presentado por el hermano maior y Governadores de la Cofradía de las Venditas Ánimas del Purgatorio que se sirve en la Parroquial de esta Villa por el que solicitan licencia para pedir limosna el día de los Santos Inocentes con traxes correspondientes con el motivo de exitar la piedad y debozion christiana en alibio de dichas venditas almas. El que visto por sus merzedes dixeron concedieron las licencia que solicitan dichos cofrades con tal de que para pedir la dicha limosna no entren en las Iglesias ni se intrometan con los caballeros sazerdotes ni con mujeres aunque les ofrezcan limosnas para sacarlas de sus casas en cuerpo como antiguamente se hazía ni atropellen a persona alguna ni hagan con ella exceso contra su voluntad con aperzibimiento de que verificada qualesquiera de las cosas que lleban proibidas en el instante se recoxerá dicha lizenzia y zesará el venefizio que desean y sus merzedes apetezen y para que les conste debuelbaseles este memorial con testimonio de esta providenzia ...”[1]

Los “campanilleros” encargados de pedir limosnas a las puertas de los hogares, cantaban la siguiente letrilla:

Las ánimas benditas,
a tu puerta han llegado,
a pedirte una limosna,
por Jesús Sacramentado.

Otras composiciones, han perdurado en la memoria de nuestros informantes, al estar relacionadas con casos anecdóticos de esta cuadrilla de ánimas. Nos cuenta Isabel Víctor lo que ocurrió en cierta ocasión con D. Manuel García Jiménez, avecindado en la calle Hornos, hoy día Doctor Castillo: Al aproximarse la cuadrilla de ánimas dirigida por el cura D. Juan Hernández, de quien se decía tenía grandes dotes para componer letrillas, entonaron la canción anterior. Al oírla, D. Manuel sale al balcón de su casa negando la limosna requerida, a lo que respondieron los miembros de la cuadrilla:

A las ánimas benditas,
no hay que cerrarle la puerta,
que diciendo que perdonen,
se van ellas tan contentas.

Y posteriormente respondió D. Manuel con la siguiente:

A las ánimas benditas,
mi puerta tengo cerrada,
que pintadas en un lienzo,

no necesitan de nada.

Este diálogo cantado, termina con la respuesta del grupo que al fin conmueve al incrédulo dueño de la casa:

A las ánimas benditas,
dale limosna y no tardes,
que sabe Dios si la des,
por el alma de tus padres.



E inmediatamente, según cuenta nuestra informante, bajó del balcón D. Manuel García, invitando a la cuadrilla a pasar a su casa, donde entregó al cura cinco duros de limosna, preguntándole si era cantidad apropiada. Aún se recuerdan otras sobre casos concretos, como esta en la que se critica a un hacendado de la Villa por haber sido poco generoso en su limosna para las ánimas:

Come pollos y gallinas,
si quieres llevarte algo,
que lo que dejes aquí,
otro queda en el encargo.

O esta otra, que alude a la antigua costumbre de colgar los melones con hilo de pita, de las bovedillas que cubrían los portales de las casas:

Las ánimas benditas,
a tu puerta han llegado,
a pedirte un melon blanquero,
de esos que tienes colgados.



[1] AHMA. Actas Capitulares. Cabildo 21-12-1778