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Ildefonso Rueda Jándula
Antiguo Cristo del Perdón (Misericordia) en su Capilla del templo parroquial |
Hace unos años, ya se publicó en la Revista “Al pie de la Parroquia de Arjonilla”, por Pedro Manuel García Aranda, el contenido del documento que vuelvo a transcribir, conservado en el Archivo Histórico Diocesano de Jaén. Se trata de la Congregación del Pecado Mortal erigida en la Parroquia de Arjonilla, posiblemente a finales del siglo XVIII, en torno a la venerada imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia.
El documento es una pieza singularísima, que nos puede pasar desapercibida, si no contextualizamos esta Congregación del Pecado Mortal, en las asociaciones piadosas de fieles tardobarrocas, que nada tienen que ver con las cofradías al uso fundadas en los siglos XVI y XVII. Ciudades como Sevilla y Cádiz ya conocieron estas congregaciones, conocidas por el vulgo como “Congregación contra el Pecado Mortal”, y a su imitación surgieron otras en localidades menos populosas, y más cerca de nosotros, en Andújar, erigida en torno a la Inmaculada Concepción y en la Parroquia de San Bartolomé (1).
Curiosamente, a la Cofradía del Pecado Mortal de la vecina localidad de Andújar, solicitó su pertenencia el Beato Fray Diego José de Cádiz, para pedir por las almas de lo que estuviesen en pecado mortal. El Beato, también estuvo predicando como misionero en nuestra Villa, en 1781. Eran tiempos de una nueva “devotio” que suscitaba formas nuevas de piedad y religiosidad, que suscitaban en los fieles expresiones de las que registró Fray Diego en una carta posterior en la que relataba acerca de los vecinos de Arjona y Arjonilla no podía condenarse criatura alguna de aquellas, que con tan extraño impulso buscaban a su Dios en esta su villanísima criatura, para oir su palabra y guardarla (2).
La Congregación del Pecado Mortal de Arjonilla, estaba presidida por los eclesiásticos, ya que posiblemente su origen es un proceso mimético de otras experiencias de congregación piadosa. El carácter de congregación impide dejar un rastro documental que nos facilite la investigación histórica, si no es porque a raíz de las indulgencias concedidas por los Breves pontificios y Rescriptos del papa Pío VII, desde el gobierno diocesano se debía aprobar los días señalados para lucrar las indulgencias concedidas.