domingo, 2 de marzo de 2014

Las cartas entre el Prior D. Cristóbal Castejón y el Obispo de Jaén. Polémico cabildo de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Arjonilla en 1775


Artículo publicado en la revista "Al pie de la Parroquia de Arjonilla"
Ildefonso Rueda Jándula

En el contexto de las difíciles relaciones que los gobernantes municipales y los priores de la Parroquia de Arjonilla tuvieron en la segunda mitad del siglo XVIII, se encuentran los siguientes documentos epistolares, que el Prior Don Cristóbal Castejón dirigió al entonces Obispo de la Diócesis Fray Benito Marín, sobre la convocatoria de un cabildo de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Arjonilla. En el fondo, se encuentran las críticas que desde ambas instituciones se lanzaron en torno al movimiento ilustrado, por la corrupción de los gobernantes frente a un pueblo oprimido y desamparado. Los documentos, conservados en la sala de Cofradías del Archivo Histórico Diocesano, son los siguientes:

Documento nº 1

“Muy Señor Mío, y de mi mayor veneración. En los días más solemnes procura el enemigo causar más inquietudes, y aunque el Párroco use de las mayores políticas, atenciones, y urbanidades con estos caballeros de los lugares, no puede conseguir la paz, como verá V.S. en el siguiente caso.

Visitando yo en su grave enfermedad a Don Pedro Bernardo de Soto, ya en su convalecencia, me dijo tenía este año el cargo de Alcalde de la Cofradía de Nra. Sra. de la Cabeza, que se acercaba la fiesta que le había de hacer el favor de que se trasladase a otro día, y también la celebración del cabildo porque tenía que hacer presente a la Cofradía algunas cosas, le respondí que la traslación de la fiesta era dificultosa, porque el pueblo sabía que todos los años se hacía el segundo día de Pascua de Espíritu Santo que los hermanos tendrían sus gastos prevenidos, y sería causa de disgustos, que en ella no tenía otra cosa más que la asistencia, y que esta la podía sustituir en otro caballero, que el cabildo que era donde tenía que hablar, se trasladaría al día que gustase cuando estuviese bueno; quedamos convenidos , y se celebró la fiesta; después vino a verme el Mayordomo Fabián Vela para el cabildo el día de la Santísima Trinidad, díjele que el alcalde me había pedido se transfiriese, me reconvino con la costumbre de tener ese día fijo, y que la inmediación del día del Corpus le era costosa también, por la asistencia de la Cofradía a la procesión, y ésta le pertenecía al nuevo Mayordomo; le respondí fuese a ver a Don Pedro Bernardo a ver si se convencía a asistir, (que ya podía porque salía a la calle) o a que sustituyese en el mismo que avía sustituido la fiesta; fue a verlo y nada pudo conseguir, por lo que tuve yo que sosegar los hermanos y que en paz se trasladase el cabildo.

Llegado el día del Corpus asistió de gala Don Pedro Bernardo a toda la función y procesión; con este motivo me enviaron los hermanos un recado con Simón Ramón hermano de la Cofradía, diciéndome que les hiciese el favor de que se celebrase el cabildo aquella tarde, pues Don Pedro había asistido a la procesión, y estaba bueno, por cuanto en este día estaban todos los hermanos en el pueblo, y en el domingo no estarían, porque siendo hombres de campo y ahora con la cosecha de granos trabajaban los domingos y por la falta de hermanos no se podría celebrar el cabildo, y que así se les seguía mucha extorsión: viendo que pedían en razón le respondí a dicho Simón pasase a casa de Don Pedro y de mi parte le diese aquel mismo recado, y que me hiciese el favor de que se celebrase el cabildo por las causas que aquellos pobres allegaban y fue y respondió que en buena hora se celebrase el cabildo, que asistiría, vino con la respuesta y le mandé ir a la ermita de Nra. Sra. De la Cabeza donde se celebraban sus cabildos y que tocasen como es costumbre la campana, en este estado después de siesta vinieron a mi casa Don Manuel Rafael Gómez presbítero Capellán de esta Cofradía, y el dicho Simón con la novedad de que Don Pedro había ido a la ermita y mandado a la santera suspendiese tocar a cabildo y lo obedeció, y de allí pasó a ver al alcalde Don Francisco Echavarri y Ydiáquez, y este avía puesto un auto, pena de cincuenta ducados a los hermanos que asistiesen al Cabildo y que así se lo había notificado Don Bartolomé Santos Mérida Escribano del pueblo a Fabián Vela Mayordomo, a Alonso Benítez, Luis Bueno, Alonso Carmona y Juan Lozano, gobernadores y oficiales de la Cofradía; conociendo yo el fin a que esto miraba, que era buscar un alboroto en un día tan solemne, mandé se fuesen los hermanos y se dejase el cabildo hasta dar cuenta a V.S. de estos atentados, y se retiraron en paz; mandó también dicho Don Francisco Echavarría se recogiesen los libros de esta Cofradía, y pasó dicho escribano con el ministro a casa de Fabián Vela, y se les entregó, y están en poder del escribano. Ahora me acaba de decir Don Antonio de Rozas, que a él también llegó el escribano, y le hizo saber no asistiese al Cabildo porque así lo avía mandado el Alcalde pena de cincuenta ducados que se lo decía por si acaso como era notorio lo llamaban para el cabildo.

Este el caso acaecido ayer día tan solemne, y mientras no se castigue a este escribano no hay día seguro. El año pasado ve V.S. lo que nos montó con el pósito; habrá seis años en el mismo día del Corpus movió otro escándalo, que ahí están los autos que se hicieron. Sea por amor de Dios tanta inquietud como este hombre causa en este pueblo, por el consentimiento con que vive, de que aquí no se manda por los alcaldes más que lo que él quiere, aunque sean los disparates que experimentamos.

Espero las órdenes de V.S. de lo que debo practicar, y entre tanto no se dará paso alguno; y ruego a nro. Sr. Conserve su vida los muchos años que deseo. Arjonilla y 
Junio 16 de 1775. Cristóbal Castejón."

Documento nº 2

"Muy Señor mío y de mi mayor veneración. A la orden que recibo de V.S. por mano de Don Vicente de Arcos debo decir tengo por imposible la junta de los hermanos de la Virgen de la Cabeza, y más imposible el otorgamiento del poder para pedir contra el escribano y Alcalde, porque los pobres de este pueblo, y aún los que no lo son los tiene este escribano tan esclavizados, que como den un paso contra él o contra los que gobiernan, los persigue de modo, que no los deja hasta destruirlos y esta experiencia los tiene a todos tan atemorizados, que ni aún a defenderse se atreven por lo que ni se juntarán ni otorgarán poder.

A mí me parece, salvo el dictamen de V.S. que el caballero fiscal pidiese lo que haya que pedir en el tribunal de V.S. y que pidiese, se citase a la Cofradía para que le acompañase en la querella contra el alcalde escribano y demás culpados y si la cofradía no otorgaba el poder, mandase V.S. recogerle estandartes, banderas y demás alhajas de Nra. Sra. Y se extinguiese la Cofradía en vista de faltar a una obligación tan precisa como defender los derechos eclesiásticos que le tocan defender, y podrá ser que con esta amenaza se moviesen a acompañar la querella del caballero Fiscal, viendo que se destruía la Cofradía, y se ponían en la Iglesia sus alhajas, pues en ella hay también caballeros que son hermanos y quizá se estimularían a defenderla.

Esta Cofradía tiene sus estatutos aprobados por el Sr. Ordinario, y aunque ellos se toman sus cuentas, cuando viene visita las presentan para su aprobación o reprobación y si no se las han tomado las toma el caballero visitador, así ha sucedido las dos visitas que he tenido en el tiempo que llevo aquí en las visitas, que practicó Dn. Francisco Bujanda.

Yo no soy hermano de esta Cofradía ni de otras, asisto a sus cabildos para presidirlos como Parroco de esta Iglesia donde están sitas, y si no puedo alguna vez asistir le doy mi comisión a otro eclesiástico, para que en mi nombre lo haga.

A lo que V.S. me dice que mi cura asistiese a la junta para que después viniese a mí la Comisión, debo prevenir a V.S. que mi cura es uno de los protectores, y defensores del escribano, como se vio el año pasado en la historia del pósito, y el motivo de esta amistad es el mismo que expresé arriba de los pobres. Esto es cuanto puedo expresar de V.S. en respuesta de su orden. Quedo a su obediencia rogando a Nr. Sr. conserve su vida los muchos años que deseo. Arjonilla y Junio de 1775. Cristóbal Castejón."