Artículo publicado por Ildefonso Rueda Jándula
en la revista "Al pie de la Parroquia de Arjonilla"
Imagen de Ntra. Sra. de la Soledad, al fondo antiguo retablo del siglo XVIII de la ermita, desaparecido en la guerra civil |
Desde la ermita de Santiago, donde nos habíamos quedado el mes pasado, por la calle del General Castaños llegamos a la Vera Cruz, antiguo nombre tan sólo solapado por el popular de "calle de la piedra", que nos conduce a la Iglesia de Santa María de Valrrico, que fue el segundo templo parroquial de la Villa después de la Iglesia de Santa Catalina en el Castillo. Vera Cruz es la Cofradía más antigua de cuantas han llegado a nuestros días, ya que la desaparecida Cofradía de Santiago tenía hace siglos este privilegio. Soledad es la devoción mariana de más raigambre en Arjonilla, y entre una y otra, dos calles que se unen en una de las más bonitas construcciones religiosas, cargada de tradición y solera: La ermita de la Soledad, o Valrrico, junto a la fuente primigenia de la riqueza de esta Villa que es el barro. En definitiva, estamos hablando de los mismísimos orígenes de Arjonilla.
De Iglesia Parroquial a ermita.
Si pudiéramos viajar al Arjonilla del siglo XV, hace más de 500 años, junto a la ermita de la Soledad, desde la explanada del templo veríamos un paisaje bien distinto al actual. El pilar estaría más ocupado de casas particulares y el gran barranco de ahora, sería más pequeño, pasando los vecinos del pilar a la Iglesia de Valrrico, a través de un puente de madera. Bajo este puente, un riachuelo procedente de la fuente del pilar. Los domingos tañe la campana de la Iglesia a misa mayor, y el pueblo se congrega , aunque algunos se entretienen comprando carne en los puestos de venta que el carnicero coloca en la explanada de Valrrico. En el día de los difuntos, las mujeres se sientan a oir misa en las sepulturas de sus antepasados y sobre ellas encienden velas, en señal de posesión y pertenencia al linaje del difunto.