martes, 6 de octubre de 2015

Vestigios documentales y materiales del antiguo convento de Santa Rosa de Viterbo en Arjonilla

Cancela-portada en la casa de D. Juan y reconstrucción
por D. Luis Alonso Salcedo Jiménez
Ildefonso Rueda Jándula

Articulo publicado en el programa
de las Fiestas en honor a Ntra. Sra. de las Batallas
Octubre 2015

Don Luis Díaz de Aguilera, fundó de su hacienda el Convento franciscano que con el título de Santa Rosa de Viterbo se estableció en la Calle Carrera, tras una serie de vicisitudes legales. En apenas una década se edificó este Convento, en una construcción, cuyas dimensiones pueden estimarse en función del solar de la callejuela que lleva su nombre, y la huerta a la que se accedía desde esta calle.

Apenas siglo y medio de existencia, y aquella fundación claudicó ante los procesos desamortizadores del siglo XIX. Documentos dispersos y escasos restos materiales son los vestigios que nos han llegado hasta nuestros días. Sus once retablos, fueron trasladados a la ciudad de Málaga, los ladrillos de la construcción, empleados en la construcción de albarradas, las imágenes trasladadas al templo parroquial y ermitas de la Villa, el solar vendido a dos cuñados, por lo que aquella calle se conoció en principio como Calle Cuñados. 

Se ha mantenido por tradición oral como testigos materiales de este pasado, que el frontal de mármol de cabra labrado con el escudo de las cinco llagas franciscanas, antiguamente ubicado en el Altar mayor del templo parroquial de la Encarnación, actualmente altar de la Virgen de Fátima, perteneció al Convento. Asimismo, en la fachada de Francisco López Albín, frente a la iglesia, se ubicó un escudo de la Orden Tercera franciscana, que pudo tener relación con esta fundación conventual. En este breve trabajo, presento dos piezas más para el estudio de la Historia del Convento de Arjonilla, desde los testimonios documentales y gráficos: La Imagen de San Diego de Alcalá, y la cancela conventual. 

Gracias a los testimonios orales y al plano de ubicación de altares e imágenes del templo parroquial de Arjonilla antes de la contienda civil, realizado por D. Manuel Cuesta Hernández, conocemos de la existencia en el trascoro de la Iglesia de la Encarnación, de la imagen de S. Diego de Alcalá, sobre una ménsula. Esta imagen, procedía del convento desamortizado de Santa Rosa de Viterbo, y fue objeto de una petición por parte de la vecina de Arjona Dª Beatriz de Úbeda, quien hacia 1847 estaba reedificando en la vecina localidad la antigua ermita de San Sebastián. La reconstrucción de esta ermita costeada por esta señora, cambió el titular de aquella, por la de San Diego, en memoria de su marido D. Diego Muñoz Cobo. Así se dirigía al Obispo de Jaén realizando tal petición, en un pequeño expediente conservado en el Archivo Diocesano en la sección de correspondencia:

Ilustrísimo Señor Obispo de esta Diócesis. Dª Beatriz de Úbeda y Vera vecina de Arjona a V.S. Yltma. con la consideración debida dice: que por fin de las infinitas gestiones practicadas por si y sus encargados en la capital de esta Provª. y otros pueblos para adquirir una imagen del Sr. Sn. Diego con obgeto de dedicarle la hermita que esta reconstruyendo en la que fue Sn. Sebastián en esta Villa, y que en ella tenga culto y sirva asi de honorífico recuerdo a su difunto marido D. Diego Muñoz Covo, la ha encontrado en la Yglesia Parroquial de Arjonilla sin altar propio en lo que se manifiesta carece de aquella significación que podía y debe tener trasladada a su mencionada hermita y por lo tanto. A V.S. Yltma. pide y suplica se digne permitir la traslación que se interesa de esta imagen, sea en deposito, con indemnización a aquella Parroquia que se da su dro. o de cualquiera manera que sea permisible, en cuyo caso espero se digne V.S. Yltma. dar tambien las ordenes necesarias a el Caballero Párroco de Arjonilla o quien corresponda para que tenga efecto lo solicitado por cuya gracia pediré a Dios guarde muchos años la apreciable vida de V.S. Yltma. Arjona 20 de julio de 1849. Fdo. Beatriz de Ubeda.

La petición motivó que el Obispo pidiese al Párroco de Arjonilla, D. José Serrano, un informe sobre la conveniencia de la petición de la vecina de Arjona, y el valor de la imagen. El 6 de agosto de 1849, informó el Párroco al Obispo en los siguientes términos: e procedido a tomar los informes que me han sido posibles, pero no de personas inteligentes en el genuino sentido de la palabra, porque ni en este pueblo ni en los inmediatos las hay capaces de valorar la dha. Ymagen, y segun los conocimientos adquiridos podrá valer de tres mil reales a dos mil quinientos. Sin embargo como esta tasación no es de personas peritas en la materia, podrá ser que su valor asimismo sea mayor y aun acaso menor y por lo tanto V.S.Y. con su alta penetración resolverá lo que estime oportuno.

Los documentos diocesanos no concluyen nada al respecto, y con toda seguridad no se produjo venta ni cesión alguna, ya que la imagen era recordada en el trascoro del templo de la Encarnación antes de los sucesos de la guerra civil española. 

Otro de los testigos materiales que nos ha llegado a nuestros días sobre el convento arjonillero, es la portada-cancela que se conservaba en la casa solariega conocida como la casa de D. Juan en la calle Doctor Castillo, hoy propiedad de la familia García Morón. La relación de esta portada en madera tallada de claro estilo dieciochesco con el Convento, es tan sólo una referencia oral no contrastada documentalmente. 

D. Luis Alonso Salcedo García, realizó un trazado de esta portada, ya que pretendía ubicarla en el interior del templo parroquial, preferentemente en la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, disminuyendo el arco apuntado de grandes dimensiones hasta reducirlo a un tamaño similar al testero opuesto del altar de San José, buscando la simetría de la cabecera del templo, perdida por la construcción de la Capilla.


Enlazando documentos y los escasos vestigios materiales, podemos llegar a hacernos una remota idea de lo que fueron los casi ciento cincuenta años de Historia de esta fundación, que lejos de ser “para siempre jamás”, tuvo una vida muy corta pero que dejó huella en la Historia de nuestro pueblo.