miércoles, 26 de febrero de 2014

IV Centenario de la Fundación de la Cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad


Ildefonso Rueda Jándula

Al comenzar el siglo XVII, tan sólo existía en Arjonilla una cofradía de pasión, la Cofradía de la Santa Vera Cruz, fundada hacia 1560, según la información de las ermitas y cofradías de la Villa que los caballeros capitulares enviaron a la Orden de Calatrava en 1.569. La segunda cofradía en orden de antigüedad, será la de Nuestra Señora de la Soledad, que en su fundación, en 1603, hace exactamente 400 años, llevaba agregado a su título el Santo Sepulcro, según los estatutos fundacionales que presentamos a continuación. 

Posteriormente, la Cofradía de Jesús Nazareno aparece ya en los documentos hacia 1.630, hasta completar las cinco cofradías actuales con la fundación en el siglo XVIII de las Hermandades de Jesús de la Humildad (1732) y San Juan Evangelista. De todas, tan sólo se conservan los estatutos primitivos pertenecientes a las cofradías de Nuestra Señora de la Soledad y Jesús de la Humildad, a través de copias que se remitieron al obispado giennense en 1842, por los mayordomos de ambas cofradías. Estos traslados se conservan entre otros expedientes de Arjonilla, en la sala de cofradías del Archivo Histórico Diocesano. 

Estatutos de la Cofradía de la Soledad 

“Primeramente que la dicha Cofradía como que es, se nombre de la Soledad de nuestra Señora y del Santo Sepulcro y que todos los años contando con el presente de mil y seiscientos y tres años del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo el Viernes Santo después de medio día, los cofrades que fueren de la dicha Cofradía parte de sangre y parte de lumbre se junten en la Iglesia Mayor de dicha Villa a hora de la una y después de haber oído el sermón amas de salir hagan el acto de poner el Cristo Crucificado en el ataúd y esto ha de ser en el Arco de la Puerta Mayor de la Iglesia de la dicha Villa que esta hacia la Plaza de ella, y si no hubiere tiempo conveniente se haga en la dicha Iglesia de la cual salgan procesión y vayan a la plaza y por la calle de los mesones y por la calle que dicen de la Ropera (Alonso Coello)  y por la calle de las Nevadas (Cristo) y a la calle de Zafra y desde allí a San Roque a donde se ha de dejar sepultada la figura del Cuerpo de Nuestro Redentor y ha de volver la dicha Procesión a la Iglesia Mayor por la Calle del Mercado.

Y también que la dicha Cofradía tenga por insignias para llevar en la dicha Procesión una imagen de Nuestra Señora de bulto vestida de negro, de manera que represente la Soledad y tristeza que en los dichos días pasó la benditísima Virgen y que la dicha Imagen vaya puesta en unas andas negras.

Y también ha de tener la dicha Cofradía un ataúd negro de madera con un crucifijo dentro que represente a nuestro redentor Jesucristo puesto en el Santo Sepulcro. Y otra imagen de la Magdalena vestida en hábito que represente tristeza y otra del bienaventurado San Juan Evangelista mostrando con el dedo índice a Cristo Nuestro Redentor, las cuales imágenes se han de llevar a la ida desde la Iglesia Mayor a San Roque.

Y también tenga la dicha Cofradía una imagen que represente a Jesucristo ntro. Señor Resucitado y Glorioso, la cual han de traer en la otra procesión desde San Roque la mañana de pascua muy de mañana a la Iglesia Mayor acompañada de las dichas imágenes Nuestra Señora San Juan y la Magdalena vestidas en hábito de Alegría y Triunfo.

Y también que la dicha Cofradía para la dicha procesión tenga un pendón de tafetán negro que lleve delante el mayordomo que fuere de la dicha Cofradía, y otro pendón blanco de tafetán para la mañana de resurrección el cual haya de llevar el susodicho, y otro pendón de lienzo negro que ha de llevar esta dicha procesión a la ida arrastrando en señal de tristeza lo ha de llevar la persona que señalare el Prior que fuere de la dicha Iglesia mayor.

Y también que las dichas insignias e imágenes a la ida a S. Roque y a la venida, han de ir con el orden siguiente. Los pendones delante como es claro y luego junto al pendón la imagen de la Magdalena y luego la de S. Juan y luego la de Nuestra Señora y en el postrero y más autorizado lugar la imagen de Nuestro Redentor, muerto y sepultado, o resucitado y Glorioso y las dichas insignias en la forma y manera que se han de llevar a la ida a la ermita de S. Roque se han de quedar en la dicha ermita, desde el Viernes Santo en la tarde hasta en la mañana de resurrección.

Y también se ordena que se le pida al Prior que fuere de la dicha Iglesia mayor, que vaya acompañando la dicha procesión con una capa negra y diácono y subdiácono asimismo con ornamentos negros y en su ausencia a el semanero o el más antiguo.

Y también se le a de pedir a los Clérigos de dicha Villa vayan acompañando la dicha procesión y lleven sobrepellices los que le vayan cantando a la ida el salmo de Miserere míe y a la venida los Himnos Pascuales los cuales obligándose a esto el día de la entrada con sola su promesa entren de balde en la dicha Cofradía.

Y también que en la dicha Cofradía haya un mayordomo Prioste el cual tenga un libro en el que se escriban los cofrades que entraren en la dicha Cofradía, los cuales cofrades entren a cuatro reales y las mujeres a dos reales y otro libro en que se asienten todos los cabildos que sobre la buena gobernación de la dicha Cofradía se hicieren, y otro para los cargos y descargos de las cuentas que al mayordomo se tomasen; los cuales estén en poder del mayordomo, y asimismo la cera grande y menuda, la cual se a de tener en una caja y los estandartes y pendones y todo lo tocante al servicio de la dicha Cofradía tenga el dicho mayordomo por inventario en su poder y lo que de ello faltare a de pagar de sus bienes, y el libro de cuentas no ha de estar en su poder, sino en poder del escribano que la dicha cofradía fuere.

Y también que en la dicha Cofradía haya un Alcalde y dos regidores los cuales rijan y gobiernen las dichas procesiones y hagan cumplir los estatutos de la dicha Cofradía, y tomen cuentas a los dichos mayordomos, y el alcalde vaya en medio de la procesión con un cetro rigiendo juntamente con sus compañeros los regidores.

Y también que el nombramiento de Mayordomo Alcalde y Regidores se haga el tercero día de pascua de Resurrección por la tarde hallándose presente el Prior de la dicha Iglesia, el cual nombramiento hagan los susodichos de dos en dos años y tomen las cuentas el Domingo siguiente del Casimodo, hallándose presente el dicho Prior para que les aconseje lo que el conviniere y no hallándose como dicho es en la dicha elección y cuentas todo sea nulo y que en caso que los dichos cuatro oficiales discordasen en la dicha elección de oficiales de manera que estén los botos iguales sea elegido aquel a cuya parte el prior lo determinase.

Y también que en el dicho Cabildo y elección de Oficiales se hallen todos los hermanos.

Y también que la dominica in pasione se haga Cabildo para nombrar los hermanos que hubieren de llevar las insignias, y para advertir lo que conviniere al buen gobierno de la dicha Cofradía en el cual se halle el dicho prior con todos los hermanos y que el que no obedeciese lo que en dicho cabildo le fuere mandado, por la primera vez se le lleve una libra de cera para la dicha Cofradía y por la segunda seis reales y a la tercera lo borren del libro y echen de la dicha Cofradía, en la cual pena por el dicho orden incurran los que no fueren con túnicas en la dicha procesión y el mayordomo como superior de la dicha Cofradía con los otros tres Oficiales ha de ejecutar y poner las dichas penas con parecer del Prior.

Y también que la dicha Cofradía sea obligada a dar cuatro hachas que lleven cuatro hermanos para el enterramiento de cualesquiera de los hermanos y también se han de dar las dichas hachas, para la Vigilia de cuerpo presente.

Y también que la dicha Cofradía tenga obligación de decir cada un año veinte misas por las animas de los hermanos difuntos.

A continuación se haya la aprobación que de dichos Estatutos dio en la Ciudad de Jaén a quince días del mes de marzo de mil y seiscientos tres el Licenciado Olea Canónigo de la Santa Iglesia de Jaén Provisor de ella y todo su Obispado y por ante Juan de Mata su notario mayor.

Todo el contenido del documento es de gran importancia para conocer cómo se organizaban las cofradías arjonilleras en el siglo XVII, amén de las intenciones fundacionales de la Cofradía de la Soledad. Unas primeras conclusiones, ante un estudio más completo aunando el resto de documentación que se conserva sobre las demás cofradías arjonilleras, podrían ser las siguientes:

1.-Fundación de la “Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y del Santo Sepulcro” en el año 1603, año en que procesionan sus imágenes, tras el acto del “Desenclavamiento” que se realiza por vez primera, desde la puerta del perdón, con la asistencia de los hermanos de luz (portadores de cirios) y de sangre (disciplinantes que se mortificaban públicamente). Hasta tiempos recientes, la Cofradía de la Soledad costeaba el sermón de las siete palabras, y su “pendón” abría la procesión del Santo Entierro.

2.-El recorrido primitivo de la procesión del Santo Entierro era el siguiente: Plaza de la Encarnación, Avenida de Andalucía, Mesones, Alonso Coello, Cristo, Zafra, Carrera de San Roque, Ermita de San Roque, donde queda depositada la imagen de Cristo muerto. Nótese, que en este año de 1603, la Cofradía de la Soledad aún no está adscrita a la iglesia de Valrrico, sede de la Cofradía de la Vera Cruz. Sin embargo, con el paso del tiempo, la procesión del Santo Entierro concluirá en la ermita de la Soledad, regresando el resto de las imágenes por el Botillo y calle Campanas a la Iglesia Parroquial. Este es el origen de la tradición semanasantera del Botillo, como lugar donde esperaban el resto de cofradías hasta que la imagen del Santo Entierro quedaba en el interior de la ermita, de la cual asimismo salía el Resucitado en la mañana del Domingo de Resurrección, según testimonios orales.

3.-Inicialmente la Cofradía de la Soledad tenía intención de adquirir las imágenes del Santo Entierro de Cristo, San Juan, la Magdalena y el Resucitado. El lugar de la imagen de Cristo, muerto o Resucitado, siempre al final del cortejo procesional. Lo que ocurrió después de la redacción de estos Estatutos, hasta la adscripción de estas imágenes a otras cofradías (Vera Cruz, Jesús Nazareno y San Juan), es algo desconocido hasta tanto nuevos hallazgos documentales arrojen luz sobre la cuestión.